A kilómetros de distancia, pero más cerca

La planificación autónoma del trabajo eliminaría las ausencias, las llegadas tardes y el incumplimiento, así como permite el aumento de la productividad.

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Niurys Castillo Hernández
Niurys Castillo Hernández
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08 Mayo 2023

Camina de un lado al otro como si recorriese una senda diferente con cada movimiento de sus pies. Observa el reloj por varios segundos. Lleva tres horas en el mismo sitio. Hace 60 minutos debía estar en su centro laboral. A su lado, un amasijo de trabajadores aguarda el «milagro» de cuatro ruedas. Lleva años recorriendo el circuito norte de la provincia y pocas veces vio algo así.

Al extremo sur de la ciudad, una guagua detiene su ritmo. La esperanza recorre el rostro de decenas de personas agrupadas en el punto de embarque, pero se desvanece ante la típica seña que anuncia el fin del trayecto. Otra vez la mirada al reloj, la mano al bolsillo y los pasos hacia el particular que anuncia, a viva voz, la ruta a seguir.

Ilustración de Alfredo Martirena sobre el horario de trabajo y el transporte.
(Ilustración: Alfredo Martirena)

«Es el último día de la semana», comentan entre sí dos compañeros de trabajo. Sacan de la cartera los 300 pesos que, hasta hace unas horas, costaba el pasaje. El descontento gira en favor del estrés. Ante la tardanza, las pocas horas laborales tendrán que rendir el doble.

«No hay combustible. El viaje subió. Son 500 pesos», dice el motonetero dispuesto a iniciar la carrera, que solo cuenta con pocos kilómetros. El regreso deberá ser inmediato, pues la tarde suele ser más tormentosa si de transporte —y clima— se trata.

En las recientes jornadas, estos han sido los escenarios que hemos presenciado aquellos que, por cuestiones laborales, nos trasladamos de un lugar a otro. Movernos dentro y fuera de las ciudades convierte los minutos en horas. La incertidumbre de la transportación hace estragos en la concentración y el rendimiento en las jornadas.

El desabastecimiento de combustible a lo largo y ancho del país impone nuevos retos a la economía. La sostenibilidad y el desarrollo productivos exigen estrategias impostergables en el desempeño de empresas e instituciones. Los retos inflacionarios, la crisis energética y la movilidad presentan, hoy día, un contexto difícil, por lo que formas alternativas de trabajo deberán reemerger y asumir un rol protagónico. Ante este contexto, ¿será momento de retomar las estrategias laborales de teletrabajo y trabajo a distancia como vías para mitigar la crisis?

La etapa de la COVID-19 aceleró los procesos laborales a distancia, aunque no todas las provincias lo desarrollaron de igual forma. Matanzas, Cienfuegos, Mayabeque, Camagüey, Holguín, Isla de la Juventud, Artemisa y Villa Clara implementaron esta práctica por debajo de la media nacional. La adopción del teletrabajo y el trabajo a distancia contribuyó a la disminución de los contagios y el hacinamiento dentro de los centros laborales. De hecho, la inclusión de varios sectores de la economía potenció la identificación de cargos que pueden desempeñarse desde la lejanía, así como la cantidad de trabajadores que tienen posibilidades de emplearse a través de estas modalidades.

Datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) al periódico Granma arrojaron que en 2021 más de 411 098 trabajadores implementaron estas estrategias. Tras la instauración de la Resolución 391 de 2020 del Ministerio de Finanzas y Precios, el MTSS manejó como uno de los conceptos de teletrabajo el cambio de ubicación física de activo fijo tangible (AFT) para ser empleado fuera de la entidad por la aplicación de dichas modalidades. Los avances notorios en cuanto al incremento de los trabajadores, y la letra de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, determinaron las medidas laborales y salariales aplicables en consecuencia con la actividad y los cargos que se ocupen. A su vez, protegen, mediante respaldo legal, el ingreso de los trabajadores.

Un informe técnico elaborado, de conjunto, entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) refiere que el teletrabajo saludable y seguro favorece el equilibrio entre la vida laboral y la personal, ofrece la posibilidad de un horario flexible y de realizar actividades físicas, contribuye a la reducción del tráfico de vehículos y del tiempo invertido en desplazamientos, por lo que mejorarían los niveles de salud física y mental, el bienestar social, e implicaría el aumento de la productividad y la reducción de costos operativos para muchas empresas.

El empleo de estas vías alternativas beneficia a las entidades estatales, al disminuir el consumo energético, el espacio de oficinas y los medios de explotación. A su vez, reduce al mínimo el traslado de los obreros, quienes laboran sin necesidad de estar de forma presencial en la institución, adecuando su horario a las actividades a realizar.

La planificación autónoma del trabajo elimina las ausencias, las llegadas tardes y el incumplimiento; permite el aumento de la productividad, la reducción de costos fijos e impulsa el uso y la apropiación de las nuevas tecnologías. Ante la situación actual, el trabajo a distancia mejora la calidad de vida, la inclusión social e incentiva el trabajo en equipo.

Si pensamos en el teletrabajo como alternativa factible, resulta básico crear las condiciones para su correcto funcionamiento. En un principio, la conectividad, el internet y los equipos informáticos y de telecomunicaciones constituyen las herramientas claves para el cumplimiento de las actividades laborales. Sin embargo, los directivos de las entidades deberán velar por la seguridad y el desempeño óptimo de sus recursos humanos.

La ejecución de esta tipología laboral potencia la evaluación del desempeño por resultados y su efectividad dentro del sistema cubano, disminuye el personal necesitado de transportación de mediana y larga distancia, y alivia el suministro energético de las instituciones estatales. Por su parte, los obreros gozan de una planificación propia donde los horarios alternarán con los quehaceres domésticos, y no con las grandes aglomeraciones de paradas y escasa transportación. Los minutos no serán horas ni el trabajo, una proeza a kilómetros inalcanzables.

Son las ocho. Las computadoras y los móviles se conectan a la red. En la bandeja de entrada hay un correo. Sin premura ni tardanza abre el e-mail. El asunto del día es el plan de trabajo. Esta semana no habrá combustible, pero tampoco extenuantes colas y esperas para poder llegar a casa. Ante el contexto, será mejor trabajar desde la distancia.

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Juan ...

Miércoles, 24 Mayo 2023 14:24

Parece que hubo problemas al enviar el comentario anterior y no les llegó porque no creo que haya clasificado como "censurable" por utilizar las mismas palabras de Lazaro el Profe para "amistosamente" decirle que le sobran argumentos en lo que escribe. Me parece que antes de los cambios del sitio web ya se permitía hacer comentarios criticando el actuar de algunos cuadros "a todos los niveles" que no sirven ni para ponerlos de ejemplo negativo en el Noticiero Nacional de Televisión "siempre que NO se escriban sus nombres" porque todavía aquí no está permitido llamar por su nombre a los responsables de muchas desgracias que vivimos. Bueno después de aclarar las cosas les dejo mi comentario a Lazaro el Profe y a Yusuan:

Bueno, Lazaro el Profe, considero que hay redundancia en lo que escribe. Cuando se refiere a "¿En un país donde se critica los cuadros por la falta de preparación para dirigir ...?" considero que lo ha expresado todo. Si seguimos con los mismos cuadros vamos a cargar -por muchas vidas- con los mismos problemas.

Yusuan, aunque muchos no lo crean en algunas entidades estatales cubanas existen condiciones para hacer realidad el teletrabajo -incluyendo los medios propios de las personas- porque no todos los puestos están vinculados directamente a la producción. Aunque la triste realidad es que estos medios no los asignan para "trabajar en línea" a los que pueden hacerlo, son para los directivos que según Lazaro el Profe les sobra "la falta de preparación para dirigir" ...

Juan me tiene sin cuidado

Martes, 23 Mayo 2023 14:07

Realmente lo que voy a solicitar lo hago aquí porque no sé dónde hacerlo. He estado leyendo algunos escritos publicados en Vanguardia Digital antes de los cambios que considero que deben recuperarse -hacerse disponibles en un enlace a "archivo", "histórico" o como quieran llamarle- aunque no se permita realizar comentarios.

Les dejo uno de febrero de 2016 que recuperé de una memoria USB que le dejó mi hija mayor a la menor en estos días donde recuperé algunas cosas interesantes antes de formatearla para copiar series de moda que para mí no tienen sentido ninguno. Faltan las imágenes pero aquí está:

Sentar vida en otras tierras
Aunque la emigración de jóvenes hacia otros países en busca de mejores oportunidades de trabajo y desarrollo constituye un fenómeno presente en Cuba desde los años 30 del siglo XX, las coyunturas actuales exigen una mirada objetiva a un fenómeno que afecta a la sociedad y no se detiene.

Luis Orlando León Carpio y Liena María Nieves Portal Visto: 1683
24 Febrero 2016
En Costa Rica lo llaman «mal de patria»; en Cuba, gorrión. Sin embargo, si intentásemos resumir la esencia de la nostalgia en unas pocas consonantes y vocales con sentido, el término anglosajón resulta el más contundente: homesick, traducido al castellano como «enfermo por el hogar».

La condición de emigrado no supone nada extraordinario, al menos, no en esta isla, donde casi nadie abandona la «nave» por motivos que superen las pretensiones económicas. No obstante, aquí se teje una sui géneris madeja de «grandeza» social alrededor de quienes decidieron sentar vidas en otras tierras. ¿Y los que se quedaron? ¿Serán en realidad jóvenes sin perspectivas, conformistas y grises, aunque laboren como científicos o eduquen a miles de niños? Al menos es lo que algunos piensan, y ello duele y agravia.

emigración de jóvenes yvg
(Foto: Yariel Valdés González)

A sus 31 años, Roberto Rosado León conoce de las trampas y tristezas que implica la distancia.

«Llegué a los Estados Unidos luego de pasar casi tres años en Costa Rica, donde sobreviví a experiencias tan duras como la pobreza, la desesperanza o el tener que dormir sobre las sillas de un bar por más de un año y medio. Me topé, entonces, con el concepto gringo de estabilidad, que no es más que trabajo y trabajo, para pagar cuentas y comprar algunas cositas que quería y que en la isla a veces se tornan inalcanzables. Lo cierto es que la vida es muy corta y te la juega cuando menos imaginas. Crear una familia y mantener una existencia lo más tranquila posible en un país con tantas carencias económicas, no es una ambición terrible ni cuestionable».

—¿Y cuál ha sido tu peor experiencia en todo este tiempo?

—Regresar a los cinco años, sentirme un extraño en mi propia tierra y reconocer que en los Estados Unidos no soy un igual, sino un inmigrante más. Estoy sano, felizmente casado y mis padres viven conmigo, y todavía no puedo decir que sea un hombre pleno. Cuba es un dolor crónico que se alivia, pero que nunca sana.

¿Quiénes se van?
El pasado año marcó un antes y un después en el flujo migratorio nacional; de hecho, echó por tierra el récord del Mariel y la crisis de los balseros, en 1994. Según datos publicados por el Centro Pew, del Departamento de Estado norteamericano, en los primeros nueve meses del año fiscal (octubre de 2014 a junio de 2015), entraron a la nación norteña 27 296 cubanos, para un incremento del 78 % con respecto a la etapa anterior. Sin embargo, al cierre de diciembre se manejaban otras cifras: entre 46 000 y 48 000 emigrantes, gran parte jóvenes, lo que ratifica a los Estados Unidos en su posición histórica como primer país de destino.

En el caso de Villa Clara, el Anuario Demográfico del 2014 —el del 2015 aún no está listo— refleja que el rango de edades entre 20 y 54 años indica los mayores picos del saldo migratorio externo. O sea, la población laboralmente activa constituye la avanzada de quienes deciden abandonar el país, aunque en el caso de Cuba, los efectos trascienden al mero éxodo.

gráfico de migraciones

El doctor en Ciencias Antonio Aja Díaz, sociólogo y profesor del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana —considerado, además, como el principal experto del país en estos temas—, determinó desde el 2002 que la tendencia objetiva de la emigración cubana apunta a los jóvenes de entre 20 y 40 años, con niveles de instrucción medio y medio superior, aunque en el caso de los universitarios los abandonos de misiones, las negativas de regreso y la búsqueda de alternativas legales para viajar, marcará la pauta migratoria.

¿Y acaso hoy no resultan evidentes los pronósticos? Villa Clara se estacionó, a nivel nacional, en el segundo peldaño de los mayores emisores de emigrantes externos, ya sean de carácter temporal o permanente. Sin embargo, la desprofesionalización de sectores claves de la economía y los servicios en una de las provincias con mejor potencial educativo, constituye un riesgo a corto plazo.

Así lo enfatiza el licenciado Ernesto González Peña, sociólogo que labora en el Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas (UCLV), cuyos estudios de maestría se centran en los temas migratorios cubanos de la actualidad. A juicio del académico, el envejecimiento poblacional resulta un elemento a tener en cuenta por una provincia que encabeza dicho indicador, pues maneja la hipótesis de que el éxodo de las nuevas generaciones influye notablemente.

Los perjuicios ya tocan a la puerta y se presentan de improviso. Los jóvenes de este lado de la historia reciben el mayor peso de las presiones sociales, desde responsabilizarse por el cuidado de familiares ancianos hasta postergar la reproducción debido a dificultades de índole profesional, económica y habitacional.

«El componente subjetivo influye —agrega González Peña— en cuestiones que parten de las diferencias generacionales y promueven la división de las familias: padres que pierden hijos, matrimonios que se rompen, etc. No menos importante resulta la cuestión de las vías ilegales, que ponen en riesgo la vida humana; balseros que se aventuran en el mar, gente que cruza fronteras por Centroamérica entre tres de los países más violentos de la región: Honduras, El Salvador y México».

Desde España, Yisell Matamoros Bermúdez, de 25 años y licenciada en Lengua Inglesa con Segunda Lengua Francesa, señala a la desmotivación laboral como la catapulta de su decisión. «Una persona de mi edad no se puede conformar con la inercia. No puedo generalizar, pero a muchos muchachos nos faltó motivación, compromiso y posibilidad de acción desde el puesto que ocupamos profesionalmente. Una tiene que sentir que controla su futuro, que está en capacidad de planificar el mañana y que lo vivirá sin tantas preocupaciones. Si en Cuba cambiaran algunas realidades que tanto chocan, la gente no dejaría a sus familias y sus recuerdos detrás, pero mientras tropecemos con problemas acumulados durante años, la emigración continuará y los jóvenes estarán en primera plana».

Lo llamaremos Alberto, porque pide discreción con sus datos y nombre real. Viajó a Europa en el 2009 y hoy trabaja como especialista de Seguridad Informática en una de las principales sucursales bancarias de Noruega. «Cuando voy a Cuba, mis amigos de la universidad me hablan como si yo fuera un héroe, cuando en verdad los dignos de admiración son ellos, que confiaron y se quedaron. El salario es bajísimo y, aún así, continúan trabajando y obteniendo resultados para sus empresas, crían a sus hijos con mucho esfuerzo, pero les inculcan que el estudio es fundamental en la vida. El país no puede demorar en reconocer a tanta gente buena que enfrenta todo tipo de carencias con disposición y esperanza. Los héroes son ellos».

Razones para emigrar
La mayor de las Antillas expresa sus tasas de migración externa de forma negativa desde los años 30 del pasado siglo, lo cual nos convierte en exportadores de capital humano casi por una centuria de historia nacional. Tras el triunfo revolucionario de 1959 se sucedieron algunos de los momentos más álgidos de nuestra emigración: la estampida masiva de la mediana y alta burguesía, la apertura del puerto del Mariel en la década del 80, y la crisis de los balseros de 1994.

caricatura sobre la emigración de Linares
(Ilustración: Linares)

«La Ley de Ajuste Cubano siempre ha sido el principal incentivo. Ningún emigrante del llamado Tercer Mundo tiene los privilegios que aún conservan nuestros coterráneos en la primera economía mundial, donde pueden acceder a bienes, recursos, residencia al año y un día y reconocimiento de su nacionalidad hasta la tercera generación.

«Entre las causas del panorama actual, además de las razones económicas obvias, con una crisis que pesó mucho en la década de los 90 y de la que todavía se sienten sus rezagos, distingue la tradición migratoria de la nación. ¿Quién no tiene un familiar, amigo o relación que vive del «lado de allá»? Ello propició que en el imaginario popular se inculcase la idea de la emigración entre las primeras opciones de nuestro proyecto de vida», enfatizó el licenciado González Peña, sociólogo de la UCLV.

La Ley Migratoria del 14 de enero del 2013 impuso una gran diferencia en el escenario nacional, al autenticar pautas que trascienden a la eliminación de permisos especiales y la reducción de ciertos trámites. ¿El salto de avance?, los cubanos podemos residir en el exterior hasta 24 meses sin perder los derechos ciudadanos en la Patria. O sea, que la legalidad aportó nuevas opciones, mientras el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre los gobiernos de Cuba y los Estados Unidos generó una comprensible inquietud: los días de la Ley de Ajuste Cubano podían estar contados.

Ecuador, punto y aparte
La política del «ciudadano universal» promulgada por Ecuador les garantizaba a los cubanos la entrada a ese territorio sin necesidad de visado, a lo que se añadió el incentivo de la legalización de títulos universitarios con la correspondiente apertura a un mercado laboral con evidentes carencias de profesionales. Miles de jóvenes acariciaron el sueño de ganar según su preparación y desempeño, a lo que se añadió un atractivo extra: la nación latinoamericana constituyó un trampolín hacia el «paraíso» tras el muro azteca.

A Ana Rodríguez, graduada de Filología en la UCLV, «el centro del mundo» le pareció una oportunidad sin precedentes en la historia de Cuba. «Ofrecía algo que no es común. Llegabas con tu título legalizado, lo ponías en el Senescyt (Secretaría Nacional de Educación Superior en Ecuador), y al ser aprobado no solo podías ejercer tu profesión, sino optar, además, por la residencia. En cuanto la tuve, comencé a trabajar en una editorial de libros para niños, un puesto hermoso en el que he crecido como profesional. Me pagan bien, tengo mi casa y vivo con mi esposo. Solo me pesa lo mucho que extraño a Cuba y a mi gente».

De nostalgias y esperas bien conocemos los cubanos. Los de aquí, porque nos nacen sobrinos y nietos y el primer beso puede tardar años; los de allá, porque no hay forma de que un italianito entienda la genialidad del «pillo manigüero mambí», y los recuerdos de Cuba se empaqueten en tres barras de maní y un Cohíba.

Pero la gente lucha y se empeña para que sus hijos comprendan que tomar un vuelo no puede ser el Plan A, y que en ninguna parte del mundo llueven los billetes. Fundar un porvenir a plenitud no debería ser tan difícil, y lo mejor sería lograrlo en tu propia tierra.

Yusuan

Lunes, 22 Mayo 2023 15:04

Buenas tardes. Estoy totalmente de acuerdo con Lazaro el Profe. Solo quisiera agregar algunas preguntas también.
1. ¿Estaremos en condiciones, dado el contexto actual, de pensar en teletrabajo? Termino que es de países del primer mundo donde las economías están totalmente informatizadas.
2. ¿Se podrán poner a producir todos los bienes y servicios que necesitamos mediante el teletrabajo?
No lo creo, las tierras no se cultivan mediante este método y así aplicado a todas las demás ramas productivas.
Que necesitamos urgente:
1. Que por cada peso que se gaste de la economía se ingrese su equivalente y al menos un centavo mas o sea menos gasto, menos costo y mas ganancia o beneficio.
2. Mas eficiencia y eficacia en cada proceso.
3. Invertir en lo que realmente creará riquezas y aumentara el PIB.
4. Analizar las nominas y ver si realmente estas responden a producción real y tangible.
Saludos

Lazaro el Profe

Miércoles, 10 Mayo 2023 11:49

Tú eres lo suficientemente joven para no saber (supongo por el texto que no lo sabes) que cuando se adoptó en Cuba el Sistema de registro económico en 1967, un desastre del que no quedó alguien sin responsabilidad y nadie quedó libre de culpa, uno de sus principios entronizados fue ¨el Horario de conciencia¨.
Para no desgastarme en argumentaciones que creo innecesarias respóndeme estas preguntas:
• ¿En un país donde la ineficiencia económica reina puede alejarse el puesto del Hombre?
• ¿En un país donde sobran 500 mil trabajadores en su puesto puede alejarse el puesto del Hombre?
• ¿En un país donde se critica los cuadros por la falta de preparación para dirigir puede alejarse el puesto del Hombre?
• ¿En un país con un soberano y casi proverbial desequilibrio macro económico puede alejarse el puesto del Hombre?
Yo ejercí la docencia universitaria y tengo la convicción de que el avance de la Sociedad humana no se debe a los viejos, salvo excepciones, sino a los jóvenes, pero he dicho antes, digo ahora y diré que hay temas sobre a los que a los jóvenes les está vedado hablar no por falta de capacidad sino por falta de vida vivida y de cultura acumulada por algunos años de vida.
No se trata de enfoques más o menos artísticos sino de realidades.
La causa de decidir el trabajo a distancia no radica en que el trabajador pague más o menos por llegar al trabajo, se trata de un problema de EFICIENCIA que reduce costos para el trabajador y para su Empleador.
!Esencia no Fenómeno!.