La llovizna persistente convirtió la graduación de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara en una especie de bautizo, bendición de la naturaleza para quienes se entregarían al sacerdocio de cuidar el bienestar y la salud de otros, o mera modestia del sol, que les concedió la exclusividad de la luz, durante la mañana del pasado 27 de diciembre.
Devolver sonrisas
Quien conoció a Mery Karla Satorre Ley cuando estudiaba en el preuniversitario Capitán Roberto Rodríguez, de Santa Clara, seguro se sorprendió ante el giro de las matemáticas a las ciencias médicas.
Mery Karla Satorre Ley, mejor graduada de la carrera de Estomatología. (Foto: cortesía de la entrevistada)
Durante algunos años, los números le hicieron la competencia a la tradición familiar de batas blancas, con centro de entrenamiento para estudiantes de alto rendimiento académico y concursos nacionales incluidos. Quizá conversaríamos hoy con una ingeniera, si no hubiera sucumbido al placer de devolver sonrisas y aliviar dolores. Solo en la Estomatología halló esa satisfacción.
Escuchar su nombre entre las graduadas más integrales de la Universidad de Ciencias Médicas de Villa Clara, le removió el orgullo, los recuerdos y los planes inmediatos.
«Ver el sueño cumplido, vestir mi bata blanca y estar entre los mejores graduados me inunda de una felicidad que aún me cuesta asimilar. Representa un gran honor y agradecimiento hacia mis compañeros y al claustro de profesores que nos acompañó en estos casi seis años.
«Fueron tiempos de mucho estudio, oportunidades de conocer a personas maravillosas y de vivir experiencias difíciles, como la pandemia de la COVID-19, cuando trabajamos en centros de aislamiento y vacunatorios, y asumimos la labor de la pesquisa con total responsabilidad y entrega».
Asegura que no se disfruta a plenitud la vida universitaria sin pasar por todos los espacios: la docencia, los exámenes de premio, la investigación científica, los eventos deportivos y los festivales de artistas aficionados —en su caso, en las manifestaciones de música y locución—, sin dejar de salir con las amistades y compartir otros momentos de ocio. «Cuando disfrutas lo que haces, siempre encuentras el tiempo».
—¿Qué sigue?
—Estoy muy feliz por haber obtenido la especialidad de Ortodoncia, a la cual me he vinculado desde segundo año, mediante el Movimiento de Alumnos Ayudantes. Me gusta mucho tratar niños y siento que las personas temen menos al especialista que les devolverá la sonrisa bonita que todos queremos. Implica dedicarles bastante tiempo con los pacientes y establecer una relación de familiaridad con ellos, porque los vemos crecer en consulta. Son tratamientos prolongados, pero con buenos resultados a largo plazo, tanto desde el punto de vista estético como de la eficiencia del sistema masticatorio y de la salud bucal en general».
Voluntad de reparar daños
Aunque Merlin Hernández Rodríguez también apostó por la Estomatología en primera opción, la Licenciatura en Rehabilitación le aseguró la realización profesional.
Merlin Hernández Rodríguez, mejor graduada de la carrera de Rehabilitación en Salud. (Foto: cortesía de la entrevistada)
«Me enamoré de una especialidad en la cual trabajamos con personas de todas las edades para, después de un accidente o una enfermedad cerebrovascular, devolverles la independencia, la posibilidad de valerse por sí mismas y de reincorporarse a la sociedad de la mejor manera posible. La rehabilitación resulta un proceso continuo y prolongado, que crea un vínculo con el paciente, para ayudarlo a realizar los ejercicios y orientarlo para que continúe en casa».
Cuando la agresividad de la pandemia obligó a abrir un hospital de campaña en la Facultad de Tecnología-Enfermería, entre los tres que acogió la universidad médica villaclareña, Merlin asumió su dirección.
«Como fui una de las primeras estudiantes positivas a la enfermedad y no me había vacunado todavía, me impidieron entrar a la zona roja. Entonces, me quedé ayudando a los estudiantes que se encargaban de todo el funcionamiento del hospital.
«Llegábamos bien temprano, organizábamos la ropa, garantizábamos los medios de protección a quienes entraban en contacto directo con los contagiados, asegurábamos las labores de higiene y la distribución de alimentos en cada momento del día, y velábamos por que pasaran por el filtro y que no fallara el transporte al final de la jornada.
«Me marcó el hecho de ser, primero, paciente y luego atender a otros. Aunque no teníamos los conocimientos de las especialidades de Medicina o Enfermería, tratábamos de que se sintieran lo mejor posible en el hospital».
Para alcanzar la integralidad, estima imprescindible el apoyo de la familia en todo momento, la incondicionalidad de su mamá, y la comprensión de los profesores, cada vez que una actividad extracurricular la hacía ausentarse del aula. «No solo vale el sacrificio propio, sino también el entendimiento de quienes nos rodean».
El gusto de trabajar con niños creció durante la carrera, y ya se incorporó a la sala de Neurodesarrollo del hospital pediátrico José Luis Miranda, de la capital provincial, para ayudar a los pequeños con atrasos en el desarrollo ciclomotor o qua han sufrido alguna parálisis.
Como proyecciones futuras, aspira a continuar estudios de posgrado, cursar una maestría y obtener una categoría docente que le permita ayudar y orientar a los estudiantes de la carrera, un intento de dar a otros lo que ella recibió.
Medicina y ciencia en línea
Elys María Pedraza Rodríguez siempre tuvo clara la intención de continuar el linaje galeno que la precede. Mientras avanzaba en los estudios, ignoró la inclinación de principiante hacia la Cirugía y las ganas de parecerse al personaje de Meredith, de la popular teleserie norteamericana Anatomía de Grey .
Elys María Pedraza Rodríguez, mejor graduada de la carrera de Medicina. (Foto: cortesía de la entrevistada)
Se enamoró de la Cardiología, una especialidad que considera muy completa, porque integra los componentes clínico, intervencionista y de imagen. Además, atiende y ve la mejoría de pacientes que sufren patologías tan abundantes como la hipertensión arterial o la insuficiencia cardiaca.
Sin dejar de sufrir las pérdidas y los efectos de la pandemia, se centró en lo positivo. Para sobreponerse al aburrimiento del encierro obligatorio, comenzó a crear contenidos sobre promoción de salud para redes sociales, fundamentalmente, Instagram. «Es una lástima que hoy algo tan masivo, no se utilice con fines más profundos, y muchas veces se centre en banalidades».
Para seguir dando utilidad al excesivo tiempo libre, aprovechó la experiencia como directora de la revista científica Escalpelo , de la Universidad de Ciencias Médicas, y creó un grupo de WhatsApp para orientar sobre las características de estas publicaciones y algunas claves para la redacción de artículos.
Así surgió Plataforma Médica, un espacio docente para estudiantes de Medicina y personal de la Salud, que hoy brinda cursos de actualización, asesorías, materiales de estudio, entre otros infoproductos.
«En aquel momento, cursaba el cuarto año de la carrera, me faltaban muchas especialidades clínicas por estudiar, y no me creía en condiciones de explicar ningún contenido, aunque me hubiera preparado bien. Solo me sentía segura con el tema de las revistas científicas, porque desde segundo año me dediqué a investigar.
«Con la ayuda de buenos amigos, el proyecto ha evolucionado. Creamos canales en Telegram y YouTube, tenemos una página web (plataformamedica.org), estamos trabajando en un blog y contamos con la presencia de docentes y estudiantes nacionales y extranjeros».
Como una alternativa ante la carencia de materiales científicos para estudiantes de Medicina y los altos costos de los cursos disponibles en Internet, la iniciativa la hizo merecedora del Premio Joven Investigador 2020, otorgado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), y la mantiene llena de aspiraciones para el 2023.
«Este año queremos crear un curso masivo de maniobras de reanimación, porque en cualquier momento, una persona no sanitaria puede dar esos primeros auxilios a alguien que los necesite.
«Ahora, matriculé la especialidad Medicina General Integral, para la atención primaria de salud. Retomaré mi marca personal (Elys Pedraza MD), cuyo trabajo detuve durante el internado, por falta de tiempo. Me interesa potenciar la prevención, con temas, por ejemplo, sobre cómo mantener una dieta saludable en Cuba. Además, quiero llevar los artículos científicos, de Medicina basada en evidencias, a un lenguaje que el público general comprenda».